Rock mexicano desde Avandaro hasta hoy conversatorio
A 52 años del mítico Festival de rock y ruedas de Avandaro en el José Martí CDMX
Fotografía:Peko
Hablar del Festival de rock y ruedas de Avándaro 1971 es sencillamente un cumulo de historias, mitos y sobre todo vivencias que cada quien ha visualizado desde su trinchera, no es la misma perspectiva de quien lo vivió en carne propia, la misma visión de quien estuvo en el escenario, quien lo vivió desde alguna casa de campaña hecha con palos y con zarapes, de quienes lo vivieron a través de la radio y quienes lo han vivido por medio de la música, herencia de los padres, los abuelos y de la generación jipiteca de México.
Así fue como Raúl Esquivel “Rock n rul” convoca a una charla en donde se recordó el Festival en su día, 11 de Septiembre, a 52 años del mismo, con una plática que se denominó “Rock mexicano, desde Avándaro hasta nuestros días” en donde se intentó abordar desde diferentes flancos, desde la visión que se tiene hoy hasta lo que se vivió en aquel momento.
En el panel comenzó el bastión más joven, Rafa Martínez director de Riff111 mencionó el legado del Festival que en los años 90 dejó una huella que los grupos aprovecharon para hacer un nuevo movimiento con muchas bandas que se incluyeron en el formato Rock en tu idioma o en subsellos como culebra records, opción sónica, manicomio etc., pero que también dejaron como herencia el rock urbano, el que se quedó en la periferia, de la banda pa la banda como Banda Bostik o Haragán, quienes fueron precedidos por la perseverancia del Three souls in my mind, quien fue protagonista de Avándaro, esta parte del rock que sigue estando en el subterráneo pero no por ello no tiene un amplio bastión de seguidores.
Ricardo Bravo, periodista de rock en español, que precisamente es uno de los catapultadores del movimiento de los 80, quien trabajara con bandas como Caifanes y que edita una de las revistas más importantes del movimiento “Nuestro rock”, comenta que sería mejor no fomentar “El día del rock mexicano” el 11 de Septiembre, pues de algún modo perdería importancia la conmemoración del Festival de Avándaro por sí solo, por lo que significo este evento para la escena alternativa en México y sobre todo la herencia que hoy se ve reflejada en festivales alrededor de toda la República, además de la herencia musical de las bandas que participaran en el festival, además de dar la primicia de que las canciones de Peace and love estarán ya en plataformas digitales para que las nuevas generaciones escuchen lo que se hacía en los años 60 – 70 y se tenga acervo musical al alcance de todos.
Víctor Moreno periodista y asistente al Festival recordó con mucho detalle lo que fue el mito de Avándaro, además desde una trinchera de asistencia en el escenario, con esa oportunidad de haber sido parte de los testigos de aquella imagen que al horizonte se pixeleaba por la cantidad de jóvenes reunidos solo por la música, por vivir la paz y el amor de un modo tropicalizado a México, un país que estaba en una autoridad cerrada y que demostraba el miedo a las manifestaciones culturales pacíficas, haciendo de todo un pretexto para la represión. Después de algunas anécdotas que describen los momentos del escenario que en cualquier momento colapsaría, o las veces que se quedaron sin corriente eléctrica, la crónica de Víctor Moreno fue aplaudida y secundada por un centenar de asistentes a la plática que recordaron esos momentos.
Siguió el momento del baterista Ramón Bozzo quien participo en bandas como Nahuatl y quien en Avándaro fue músico de Peace and love, la banda que causo la polémica y que le dio al gobierno el mejor pretexto para llevar a cabo el plan de la censura que se extendió a más de 20 años de persecución contra el rock y todas sus manifestaciones, Bozzo relata ese momento en que más de 200 mil almas se entregaban a la música al grito de “We got the power”, en donde el empoderamiento de la multitud era evidente, al calor de la tocada el grito maldito que hizo que el rock fuera silenciado de todos los medios de comunicación, del gobierno y el precursor de un movimiento cultural que aún subsiste, aquel “Que chingue a su madre el que no cante…”, con lágrimas en los ojos Bozzo recuerda ese preciso momento que hizo que la continuidad de la carrera musical en el país se convirtiera en inoperante, todo un movimiento cultural perseguido, oprimido y censurado.
Javier Hernández Chelico toma el micrófono para puntualizar que la mitificación del festival ha sido de pronto excesivo en el sentido que el rock mexicano sigue girando y sigue siendo algo actual, la victimización en los argumentos del pasado del país de pronto hace que los movimientos no avancen, por ello hay que recordar al festival como es, sin darle estos tintes que los añorantes le dan, además de puntualizar una lista de los discos que se editaron antes de Avándaro y que quedan en el acervo histórico de la cultura popular mexicana del rock.
Fausto Arrellin, hablo breve de su experiencia en Avándaro con una chusca anécdota con sus padres, pues el escapo para ir al festival y al final fue reprendido por ello, el músico opto después de la represión contra el movimiento por entrar a grupos anarquistas y politizar su argumentos musical, siempre se tendrá en la memoria a Fausto por ser parte de esta agrupación de Rockdrigo González quien por primera vez grabaría sus canciones con una banda completa, cuestión que no alcanzo a cristalizarse por la muerte del profeta del nopal.
Cerrando la plática en medio de muchas cabecitas blancas, en donde se ovaciono a Horacio Reni quien se encontraba en el público y quien al final ofreció un palomazo, Armando Vázquez de los Ovnis, platico la idea de la creación del término “rock mexicano”, su planteamiento desde 1968, cuando las compañías discográficas tácitamente le decían que el negocio era tomar canciones que se hacían en estados unidos o Inglaterra y hacerlas en español, esa era la industria, lo original no tenía cabida, inclusive era mal visto, pues el rock era en inglés y el hecho de tropicalizarlo no era negocio, fue hasta muchos años después que los ovnis logran grabar su propuesta en español.
Definitivamente el Festival de Avándaro marca un parteaguas en la escena del rock mexicano, pues sienta las bases del destino del movimiento, una escena que se ha hecho en las calles, que se ha hecho sin apoyo de los medios masivos de comunicación, con esfuerzos constantes de los luchadores del movimiento que no cesan y que constituyen una bastión fuerte de la población en México que refiere ser el 4 género musical más escuchado en el país según el INEGI, una escena que sigue dando mucha música que debe ser escuchada mucho más, canciones que siguen existiendo que no se han escuchado lo suficiente.