Haragán y cía por segunda vez en el Auditorio Nacional 2023
La banda realizará un sinfónico eléctrico para toda la banda
La cultura del rock mexicano se distingue por las canciones que han permeado en el publico representado por 6 generaciones que han sido parte de este movimiento, son las canciones las que permanecen y las que identifican un momento histórico determinado, El Haragán y cia surge en el comienzo de una nueva década, ideal para comenzar una nueva época, con un rock que salía del corazón, que describía todo lo que aquellos ojos veían, que hablaba desde las vivencias de aquel joven que cantaba con su guitarra como una especie de juglar contemporáneo y que iba dejando la pista sonora de una generación que ya tenía claro que la música cantada en español era algo lógico.
1990 marca la salida del primer material discográfico de una banda que estaba destinada a ser una leyenda del rock nacional, Valedores Juveniles, un título que hacía referencia al concurso de la televisión, pero que contenía este sarcasmo que refería a la cerrazón de los medios por publicar “este tipo de música” en sus estaciones, contrario para el chavo habitante de la periferia, para aquel que tenía pocas oportunidades, aquellas que estaban marginadas, segregadas e ignoradas, este fue un disco que conecto con esa banda y que retrato a la perfección ese sentir y que se replica al año siguiente con “Rock que se comparte”, en donde la voz de Luis era la de un músico que entendía perfecto lo que pasaba en el barrio.
El disco rojo, como es vulgarmente conocido, rebasa las 2 millones de copias, nada despreciable para una banda de rock mexicano sin apoyo de la televisión o la radio, así de boca en boca, con los sonidero, con las copias pirata, con las tocadas, hoy le llamaríamos un fenómeno orgánico.
Superarse a sí mismos siempre ha sido la premisa para quienes integran al Haragán y cia, hacer mejor música, mejores letras, mejor producción y así han sido estos 33 años, la intensidad de ser rockstar trabajando, girando, por todo el país, llevando bajo el brazo cada producción, a veces no en las mejores condiciones, pero siempre evolucionando, así fueron los años 90, la vorágine de dejar evidencia del tamaño de la banda rockera, extendiendo este fervor más allá de la frontera, pues Estados Unidos era también territorio que se conquistaba con la banda, tal era el impacto que de pronto había invitaciones a la televisión, al radio, había algunas menciones en los periódicos, era inevitable, aquel logotipo creado por Beto Fink del haragán con su zarape, su sombrero y sus tenis converse recargado en un cactus, ya era un imagotipo que nos remontaba a una música que no se ponía de moda, si no que dejaba una fuerte huella en quien la escuchaba.
Músicos emblemáticos que hoy ya no están en este mundo como Octavio Espinoza “Sopas”, Dennis Parker, Jorge Madrigal o recientemente Jerónimo García el Yerox, quienes dejaron su huella plasmada en los discos que cada vez encontraban un sonido único.
Verdaderos himnos que han recorrido el mundo y que han pasado generaciones, “no estoy muerto”, “muñequita sintética”, “A esa gran velocidad”, “Aburrida la vida”, “Él no lo mato”, entre otras que han logrado llegar a girar por Canadá, Estados Unidos, Ecuador, Colombia, Argentina y que han sido parte de los coros monumentales de recintos como el Sports Arena, el foro Sol y por supuesto el Auditorio Nacional.
Había esa declaratoria que circulaba en los años 70 que refería a que la buena música siempre podría ser interpretada en versiones orquestales o filarmónicas, así paso con grandes adaptaciones que se hicieron a Los Beatles o a Queen, ahora uno de los grandes representantes del rock en México tendrá esta adaptación que se realizara el próximo 07 de enero del 2023 en el Auditorio Nacional, en donde el legado musical se inmortalizara ahora con una filarmónica.
Haragán y cia es un icono de la cultura popular mexicana contemporánea que es ejemplo de lucha, pasión, talento y sobre todo empatía.
LUIS ALVAREZ: Desde los 10 años salía con su guitarra a tocar en camiones, afuera de los restaurantes, plazas, en donde hubiera gente, siempre con ese ojo que veía y analizaba lo que estaba a su alrededor, seguidor de Los Beatles, a los 12 años participa en su primer concurso y toma el mote de Haragán gracias a un error del presentador de un concurso de talento, que confunde el nombre de la canción dando como seudónimo a Luis este título con el que ha traspasado fronteras, compositor sensible y con un manejo adecuado y preciso entre la música y la letra de cada una de las canciones que han acompañado una fructífera carrera, cimentada en sueños y trabajo, arduo y constante. Sobresale su participación en el largometraje “Hecho en México”, con muchos reconocimientos en las manos, pero sobre todo con el reconocimiento y el amor que ha sembrado entre la banda del rock mexicano.
FRANCISCO YESCAS: Guitarrista mexicano oriundo de Tlalnepantla, iniciado en el heavy metal con la legendaria banda Luzbel, su sonido se integra a la banda en el disco “en el corazón no hay nada” en el año 1994, en donde la expresión de una guitarra elegante ensambla un concepto que no se había escuchado en la escena, la combinación de sutileza, con lo crudo y lo visceral hacen de este músico una aportación excepcional en la banda.
LEVITH VEGA: Joven baterista mexicano del estado de México quien comienza a tocar de una forma espectacular desde los 10 años, formando bandas escolares y juntándose con chicos a los que les gustaba la música, toma el camino formal cuando se integra a bandas como La Castañeda, Radio Kaos entre muchas otras, un baterista que ha tomado influencia de compañeros músicos mexicanos como Nacho Implacable González, logrando hoy un sonido poderoso y con bastante presencia escénica que le da el acomodo de los platillos y los tambores de su batería, indiscutible el talento de uno de los bateristas mejor logrados de la escena del rock nacional, quien hoy es parte fundamental del sonido haraganesco.
LEONEL PEREZ: La música clásica es parte de su formación, pero la aportación que hace en el rock con la banda Santa Sabina hace que veamos al chelo con otra idea completamente diferente a la que tenemos, la sensibilidad de las cuerdas en una banda de rock hace que la atmosfera de las canciones tomen un color inesperado, el ensamble que resulta de la integración de lo que hace Leonel en el Haragán hace que la banda sonora de los habitantes de la periferia tenga también algo de color, así es como se percibe la música antigua del Ensamble Galileo con el rock contemporáneo de El Haragán.
Jorge “Cox” Gaitán: Un seguidor innato de la filosofía, gustoso del pensamiento rebelde y la vida autogestiva, con la capacidad autodidacta de un gran lirico de su instrumento, el violín, un personaje que ha sido parte de grandes agrupaciones en la escena nacional, Real de Catorce, Botellita de Jerez, la Barranca o inclusive con artistas internacionales como Alan Parsons o Marc Antony, con todo este bagaje Cox se vuelve Haragán en el momento que su sonido converge con las piezas clásicas de una banda que surge de las calles y que le da un sabor único a esta lucha.
CHRISTIAN RODRIGUEZ: Bajista que ha incorporado el jazz, el blues y la música clásica a su entorno, desde pequeño ha sido parte de la música por herencia de su abuelo, participo con el maestro Guillermo Briseño en su banda de blues, además de ser parte del Yam Jazz con el desaparecido músico baterista de los Rolling Stones, Charly Watts, hoy es parte de Haragán y cia dándole un gran soporte a la base rítmica con una aportación fuerte y sólida en su forma de tocar.
MOISES ALVAREZ: Uno de los jóvenes talentos que ha emanado el rock nacional en los últimos años, con una indiscutible personalidad combativa, un cuestionador nato, como buen rockanrolero, lleva en la sangre esa herencia de la combatividad, guitarrista excelso además de un gran apreciador de la música, fundador de una banda que está causando estragos en la escena nacional que hace una buena apología a su personalidad “Los Macizos”, Moisés es un guitarrista que nació con el talento y con el sello haragán desde el vientre.
ENRIQUE ISAURO SIDA OLGUIN: Su trombón ha acompañado a personajes musicales como Juan Gabriel, José José, Lucero, Roció Durcal y muchas personalidades del mundo de la música latinoamericana, siendo parte de orquestas que han dado la vuelta al mundo y pisado grandes escenarios, hoy es parte de la Big Band Jazz de México y también es un Haragán, utilizando esta parte de experiencia innegable para plasmar un sonido que deja en la banda un ensamble que ha sido el sello de la compañía desde hace más de 10 años.
JUAN ARMANDO LOPEZ: El sonido del sax lo deslumbro desde los 8 años, un estudioso del instrumento, talento que lo ha llevado a acompañar a artistas como Armando Manzanero, Lucero, Susana Zavaleta, Gloria Trevi, Ana Bárbara entre muchos otros, además de haber participado como músico en programas de TV como Otro Rollo, Me caigo de risa y muchos más, hoy además de ser integrante de la BIG BAND JAZZ de México, es un Haragán, ese sax que sobre sale en canciones como A esa gran velocidad o en Aburrida la Vida son un placer auditivo en la ejecución de Juan Armando.
ANGEL GOMEZ RAMOS: Guitarrista del estado de México ganador de reconocimientos como el Concurso internacional de composición para Guitarra de Portugal, MIGF composition competition en EU, así como el concurso nacional de composición Manuel M Ponce, sus obras se han presentado alrededor de toda la república mexicana, además de ser un prolífico autor musical en México.
ORQUESTA FILARMONIA DE LAS ARTES ESCENICAS: Fue fundada en 1988 por el oboísta mexicano Roberto Kolb con el afán, de poder contar en México con una orquesta del más alto nivel, poseedora de la flexibilidad y el nivel de ejecución indispensables para abordar repertorios del más alto nivel de exigencia. Solistas de la talla de Jessye Norman, June Anderson, Dmitri Hvorosdovsky, Plácido Domingo, Ramón Vargas, Rolando Villazón, Fernando de la Mora, Natalie Cole, Ute Lemper, Laurie Anderson y Shlomo Mintz, así como compañías de Ballet como el Bolshoi, el Kirov, el Ballet Nacional de Cuba, el Royal Ballet y el American Ballet Theatre han dado invariablemente su preferencia a la FAE en sus presentaciones y grabaciones mexicanas.