Patricio Jacobo Iglesias Castillo
Patricio Iglesias Castillo nace un 30 de Enero de 1973 en la Ciudad de México, teniendo en 1987 sus primeros encuentros con la batería gracias a las clases de Alfonso André quien tocaba con Las Insólitas imágenes de Aurora y que al ser novio de una vecina accede a instruir a un niño de 14 años en el mundo de la percusión.
Mientras fue alumno de Alfonso tuvo la oportunidad de ver como se conformaba la banda Caifanes, lo que lo deja muy marcado en el mundo del rock, gracias al acercamiento de su maestro con personalidades como la de Sabo Romo o Saúl Hernández.
En esa misma época comienza a tocar con Pablo Valero y Julián Lede, a quien hoy conocemos como “Silverio”, hacían pequeños pininos en la música y es en esta época en donde en una fiesta de la obra “Vox thanatos” de David Hevia en donde ve por primera vez a Rita Guerrero, aun sin presentarse y mucho menos cruzar palabra, pues Patricio era un joven reservado que no socializaba muy comúnmente.
Pablo Valero trabaja en la puesta en escena “Amerika” en donde Rita Guerrero hacia el papel principal y en donde Poncho Figueroa y el mismo Valero se encargaban de musicalizar, hubo oportunidad de encontrar un baterista, por lo que Pablo propuso a Patricio quien hizo su prueba, en la primera reunión que tuvieron se optó por ponerle nombre al proyecto en donde Santa Sabina fue la elegida por todos los presentes, un nombre fuerte que hacia un tributo a la sacerdotisa de Oaxaca.
Para Patricio convivir con esos músicos era un reto, pues le resultaba una gran responsabilidad ser parte de eso que se convertía en un proyecto de vida, compartía con ellos la visión de plasmar sus ideas por medio del rock fusionado con jazz, funk, progresivo y otros géneros que fueron resultando de los ensayos de la banda.
Santa Sabina ensayaba 4 horas a la semana, por lo que la convergencia musical era impresionante, desde su primer evento el 2 de Febrero de 1989 en el centro de la Ciudad de México, el público asistente quedo atónito del nivel de músicos que había en ese escenario, Alfonso André, su mentor y quien comenzó a jugar un papel de “coach” de la banda los promovía por su manera de tocar.
Desde aquí todo fue un sueño hecho realidad para un adolescente cuya primer banda se convierte en un éxito, una banda que se coló rápidamente en la escena naciente de rock mexicano, en donde tocaban todos los fines de semana y en donde las canciones se comenzaban a conocer entre un gran grupo de jóvenes que hicieron que el sello culebra firmara a esta banda en 1992.
Patricio participa en los discos “Santa sabina”, “Simbolos”, “Babel”, “Acústico desde el Hábito” y en el MTV Unplugged, conforme pasaba la carrera de la banda, la vorágine hizo que “Pato” comenzará a adentrarse a la fiesta y sobre todo a los excesos, lo que hacía que de pronto su habilidad en la batería se viera coartada y sobre todo que descuidaba la disciplina que significaba pertenecer a Santa Sabina, es por ello que los demás integrantes deciden retirarlo del grupo, supliéndolo de inmediato y dejando a Iglesias con un sentimiento de depresión que hizo que su problema de salud empeorara.
Durante este periodo, Patricio Iglesias es invitado por Café Tacvba a tocar en vivo la batería, ya que habían tenido un problema con el sampler, es la primera vez que la banda toca con una batería análoga y es precisamente con él.
Fue muy complicado para el músico poder encontrar una banda en donde continuar su carrera, luchaba contra sus demonios y contra sus problemas de salud.
Encontró en Los Estrambóticos una banda que lo acogió y en donde fungió como invitado y a pesar de que le gustaba el ambiente y la banda, no se adaptó por completo a la banda de ska mexicano, entre estas épocas colaboró en discos como el de Benny Ibarra, además toco con Cecilia Toussaint, pero sus recaídas hacían que los trabajos le duraran muy poco.
Café Tacvba lo vuelve a invitar al aniversario para interpretar en el Palacio de los Deportes “Labios Jaguar”, en donde recibió una gran ovación de parte del público que reconocía el talento de Patricio.
Patricio es intervenido quirúrgicamente del cerebro, en donde la recuperación del músico es lenta y tardada, en donde se revaloran muchas cosas y se hace una extensa reflexión de lo que ha pasado en todos estos años, afortunadamente siempre evoluciono bien física y mentalmente.
Hari Sama, director de cine, lo invita a una banda junto con Rodrigo de la Mora en la guitarra que se llama Eurídice, banda que lo entusiasma, pues hay bastante que proponer, una banda que comienza en el under pero que reconoce al baterista y hace que se viva un segundo aire.
Para Patricio la muerte de Rita Guerrero significa una pérdida muy grande en su vida, en su aparición en el Teatro Esperanza Iris, en el reencuentro con Santa Sabina, Patricio tiene la oportunidad de hablar con Rita y agradecerle todas las enseñanzas, al final siempre será una persona fundamental para el músico.
Después de la muerte de la cantante, comienzan los homenajes y las reuniones entre Poncho Figueroa, Pablo Valero, Alex Otaola, Sebastian Lach, Aldo Max y Jacobo Lieberman, en donde se tiene oportunidad de tocar en varios lugares en donde se rinde homenaje a Rita.
Además el Coro virreinal Rita Guerrero de la Universidad del Claustro de Sor Juana, monta junto con ellos una fusión entre la música de Santa Sabina y la adaptación de las voces en un sincretismo de música antigua la cual los lleva al Vive Latino 2019 como un homenaje a la muisca de la banda de rock, además de participar en festivales como Coordenada en Guadalajara, en Los Pinos en la CDMX y en el Teatro Metropólitan.
Junto con Poncho Figueroa, StoneFace de Victimas del Dr Cerebro y Claudio de Radio Kaos inician Santo Cerebro del Kaos en donde se presentan con versiones de sus respectivas bandas en pequeños lugares y en donde intentan hacer música nueva.
Del mismo modo el baterista ha consolidado una técnica para tocar la batería la cual está en línea y los que viven en la ciudad pueden ponerse en contacto para clases presenciales.