Los Lagartos
Nacieron como banda en 1991. Luis Estrada, Adrián Rubio, y Paco Finamori “Dr. Erotik”, se habían conocido cinco años atrás en el programa de preparatoria bicultural del Tec de Monterrey, Estado de México. Después de haber participado como invitados en las bandas Astay y Agressor, y ya cursando estudios universitarios, decidieron juntarse para formar Los Lagartos, una banda de punk-rock que inicialmente mezclaba influencias que iban del humor y la actitud de Botellita de Jerez, Sergio Arau y The Ramones, al sonido de rock-pop/new wave de The Cars, mezclados con buenos solos de guitarra inspirados en Queen y Led Zepeplin. Más adelante Weezer los marcó fuertemente.
A finales de 1992, se unió al grupo Jesús Roldán, quien los había ido a ver varias veces, llegando a decir: ‹‹Me encanta la actitud de esta banda, pero pueden sonar mucho mejor con otro guitarrista… ¡que podría ser yo!››. Chucho, quien también era muy buen cantante, llevó a otro nivel los shows en vivo del grupo.
De tocar los martes en Rockotitlán, día para nuevas bandas, en 1993 cumplieron la misión de abrirle una banda que admiraban, Botellita de Jerez, en su concierto del décimo aniversario, y de ahí todo fue viento en popa. Llegaron a la final de La 3ª Batalla de las Bandas, fueron finalistas como mejores nuevas banda de los Premios Nuestro rock, nombrados una de las mejores nuevas bandas por la revista Eres y fueron finalistas de Valores Bacardí. Ese año, los organizadores de dicho festival estaban decididos a darle un espacio al rock nacional e hicieron audiciones a 20 bandas en Rocktitlán, de las que escogieron a siete para competir en su evento. Los Lagartos pasaron, junto a El Cuerpo de Cristina, Limbo Zamba, Souset y Tu Sangre Es Púrpura, logrando así ser uno de los 32 finalistas. Ese mismo año los firmó Humberto Calderón, ex-Neon, director del subsello de BMg/Ariola, Discos Culebra, para lanzarlos discográficamente.
Con el apoyo y fe en el grupo por parte de Humberto, Los Lagartos grabaron su primer disco en octubre y noviembre de 1993 en los estudios Crystal de la Ciudad de México y en los legendarios estudios Cherokee de Los Ángeles, California, con la producción de Alejandro Marcovich y la grabación y mezcla de George Tutko, quienes ya habían grabado el disco debut de Santa Sabina. Marcovich fue un productor estricto que buscó la excelencia desde un parámetro distinto al que había idealizado la banda. Vivieron la experiencia como un aprendizaje, pero el sonido resulto diferente al que imaginaron. Para ellos, las guitarras quedaron sin el poder de distorsión que les encantaba en bandas punks y con un sonido más pesado. Aun así, gracias a la gestión de Alejandro, tuvieron la suerte de contar con músicos invitados legendarios, como Jeff ‹‹The Skunk›› Baxter, de Steely Dan; Jimmy Z, armónica de los Rolling Stones; Myron Grombaher, baterista de Pat Benatar, y el mismo Marcovich en las guitarras de un par de canciones.
Lanzaron Confesiones a Manuela en abril de 1994, con los sencillos “El paso de la muerte” y “La quinceañera”. Su discurso letrístico partía de la visión de un México en el que la clase media era la culpable de la corrupción sin límites, de clientelismo, de engaño absoluto y a toda escala, de control de la comunicación de los medios, de una educación mediocre, del no respeto a las leyes y del intercambio permanente de favores.
El grupo realizó la promoción de Confesiones a Manuela tocando en todo el país. Participaron en el Festival de la raza pa ´la raza con otras bandas del sello Culebra, ante una increíble respuesta de las 20 mil personas en el deportivo de la Delegación Cuauhtémoc.
Tras un inicio prometedor, en 1995 llegó con dificultades, ya que Chucho Roldán salió de la banda. Él quería tocar algo más elaborado y seguir su influencia zeppelineana. Los Lagartos tuvieron seis meses muy complicados, en los que probaron y tocaron con varios guitarristas, pero, excepto por Ramiro del Real, en ese entonces líder del grupo Caradura, no se sintieron a gusto con nadie. Al mismo tiempo, a Culebra no le convencieron los demos que el grupo mostró para un segundo disco y prácticamente el grupo tenía un pie fuera de la compañía. El único momento positivo de ese año vino en agosto, cuando lograron su primera gira internacional realizando nueve conciertos alrededor de la isla de Puerto Rico, donde existía un movimiento de rock en español muy interesante, con bandas diversas, shows de radio y presencia en medios underground, pero que desafortunadamente no floreció en los años posteriores.
De regreso en México, y después de la pruna de sonido de uno de sus habituales conciertos de Rocktitlán, Luis le dijo a Adrián que creía tener un hit en manos, a lo que Adrián respondió lo mismo. Ambos se mostraron sus temas, uno era “Metro busco amor” y el otro “No sé bailar”. Llamaron a Chucho Roldán y lo invitaron a tomar unas cervezas y a tocar un poco. Le mostraron las canciones, las tocaron juntos y surgió en ese momento el sonido que tanto habían buscado, con la distorsión cruda, crunchy y orgánica directa de los amplificadores rusos marca Sovtek que utilizaban y un arreglo a los Pixies, pero más punk, que fluyó de forma natural. Días después, en los estudios de si amigo y mentor Marc Rodamilans (ex Mistus), grabaron un demo con tres canciones y fueron mostrarlos a Culebra. Era la tercera vez que se reunían a escuchar demos. Lo que pudo haber sido el momento de alegría cuando les asignaron el presupuesto y fecha para grabar un segundo disco. Con Chucho de vuelta en la banda, durante casi tres meses estuvieron grabando en los estudios La Cocina, de Tepepan, al sur de la Ciudad de México, bajo la producción de Jorge ‹‹Chiquis›› Amaro y Marc Rodamilans, una coproducción que surgió de una manera extraña. Marc fue elegido de facto por los ejecutivos de Culebra cuando mostraron los demos, y semanas más tarde, Humberto propuso sumar a Chiquis. Era una idea que el grupo le gustaba, pues por un lado admiraban el talento y visión comercial de Chiquis y al mismo tiempo se sentían cómodos y se divertían mucho trabajando con Marc. El segundo álbum de Los Lagartos, Pelotas, quedó terminado a principios de 1996.
Todo parecía encaminarse bien, pero justo el día de la filmación del video del primer sencillo, aún sin fecha del lanzamiento del disco, Chucho Roldán decidió salir nuevamente de la banda, y de forma definitiva. Luis le pidió que filmara el video para evitar problemas con la definitiva. Luis le pidió que filmara el video para evitar problemas con la discográfica, pues ya se habían tomado las fotos para promoción y la portada del disco, inspiraba en Dynasty, de Kiss, con las cuatro caras de los integrantes, estaba lista. Fue un golpe duro, pues la banda sentía que Chucho era el único que podía traducir el sonido que Luis y Adrián tenían en la cabeza y lo hacía maravillosamente bien. Chucho no quiso tocar en una banda punk. Así que Chucho se fue para crear, en su natal Pachuca y junto a su hermano Paulo, el grupo La Mostaza.
Mientras tanto, a pesar de la adversidad, Los Lagartos mantuvieron el ánimo y el enfoque. Sacaron de su autoexilio a Jarris Margalli, legendario guitarristas que había tocado en Mistus y Ninot y quien recién había lanzado su proyecto solista Luna verde. ‹‹En julio de 1996 me llamó a casa de Luis Estrada, cantante de Los Lagartos, a quien no conocía; su guitarrista los había dejado y tenían compromisos encima, aparte ponderaban a aquel músico y querían un buen guitarrista a quien se le haría previa prueba. Le dije amablemente que lo pensaría, que me volviera a llamar. Al colgar el teléfono, mi novia en aquel entonces me dijo enojada: ´ ¿Lo vas a pensar?, te hace bien tocar´. En realidad, entrar a una banda de chavos mucho más jóvenes y tocando punk no habría sido posible sin el comentario de aquella chava (lo que logran las mujeres)››: Jarris Margalli.
Con él, viajaron al 2º. Festival Mundial de Rock Latino que se llevó a cabo en agosto 17 de 1996, en San Juan de Puerto Rico, tocando ante más de 15 mil personas, al lado de bandas como El Tri, Fobia, Los Aterciopelados, Ekhymosis, Zapato 3, Los Auténticos Decadentes, Divididos y El Manjar de los Dioses, entre muchos más.
En octubre de ese mismo año, salió a la venta Pelotas, que entró al top 10 de ventas a nivel nacional a las dos semanas de su lanzamiento y del cual se desprendieron dos sencillos “Metro busco amor” y “No sé bailar”, logrando un número uno en Órbita 105.FM, la estación de radio de rock en español con mayor audiencia en Iberoamérica. Ambos temas alcanzaron el top 5 en MTV Latino y Telehit. Esto les permitió tocar alrededor del país logrando más de 70 conciertos en 18 meses. En febrero de 1997 filmaron el video de “No sé bailar”, que escenifica una fiesta roquera donde van desfilando tanto grandes personajes del rock mexicano, como Guillermo Briseño, Paco Barrios el ‹‹Mastuerzo››, Armando Vega-Gil, los cuatro integrantes de Café Tacvba, Charlie Monttana, Tex Tex, Chiquis Amaro y Marc Rodamilans, así como conocidos promotores de conciertos y pinta-vallas, como Rodolfo el ‹‹Avión›› Espinosa, periodistas como Javier ‹‹Chelico›› García y gente de la radio como Paco Castorela. Los extras fueron convocados a través de una promoción en Órbita 105.7 FM.
Meses más tarde, Los Lagartos participaron en el disco tributo al Tri, Tri…buto, cuyo productor ejecutivo fue Enric Rodamilans, ex Ninot. El tema aportado fue “Vicioso” y se seleccionó como el primer sencillo del disco.
El 2 de octubre de 1998, Los Lagartos tocaron en el 30 de aniversario de la matanza de estudiantes en Tlatelolco, realizado en la Preparatoria Popular Fresno, ante más de 10 mil personas, con un gran recibimiento. Sin embargo, la banda había entrado en un desgaste interno muy fuerte y éste fue su último concierto formal.
En el 2003, a petición de Alfredo Martell, director de Órbita 105.7 FM, la banda realizó un concierto de reunión en el que Chucho regresó una vez más, pero sin Adrián Rubio en el bajo pues él se encontraba estudiando en Nueva York. Fue sustituido por el compañero de mil batallas, Ramiro del Real. Los Lagartos se llevaron la noche en un concierto inolvidable junto a Kerigma y La Lupita.
En el 2005, finalmente tocaron los cuatro miembros originales en la boda de Luis Estrada, junto a Monocordio, Malena Duran, Jarris Margalli, Neón e Inspector. El grupo nunca más ha tocado junto de nuevo.
Fuente: “60 años de rock mexicano” – González, Rafael